Siempre he estado sensibilizada con la ecología y la protección de la naturaleza, por eso mi profesión se ha orientado a la arquitectura sostenible y, a raíz de esto he sido muy consciente de la importancia de la energía para la sociedad y para cada uno de nosotros.
Me gusta rescatar los ‘viejos’ hábitos, inteligentes, que nos permiten utilizar mejor los edificios ahorrando energía con muy poquito dinero, abrir las ventanas en el momento adecuado, utilizar toldos, cuidar plantas en el balcón, etc.